Bloque
de aprendizaje V
TEORIA
COGNITIVISTA
El cognitivismo incluye todas
aquellas teorías que se centran en el estudio de la mente humana para
comprender cómo interpreta, procesa y almacena la información en la memoria.
Es decir, el objetivo principal del cognitivismo es descubrir cómo la mente
humana es capaz de pensar y aprender.
Este modelo de teorías asume que el aprendizaje se produce a partir de la experiencia, pero, a diferencia del conductismo, lo concibe no como un simple traslado de la realidad, sino como una representación de dicha realidad. Así pues, es de vital importancia descubrir el modo en que se adquieren tales representaciones del mundo, se almacenan y se recuperan de la memoria o estructura cognitiva.
Cabe destacar que esta corriente surge a comienzos de los años sesenta y se presenta como la teoría que ha de sustituir a las perspectivas conductistas. Todas las ideas fueron aportadas y enriquecidas por diferentes investigadores y teóricos, que han influido en la conformación de este paradigma. Algunos de ellos son: **Piaget** y la psicología genética; **Ausubel** y el aprendizaje significativo; la teoría de la Gestalt; **Bruner** y el aprendizaje por descubrimiento y las aportaciones de Vygotsky , sobre la socialización en los procesos cognitivos superiores y la importancia de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP).
Este modelo de teorías asume que el aprendizaje se produce a partir de la experiencia, pero, a diferencia del conductismo, lo concibe no como un simple traslado de la realidad, sino como una representación de dicha realidad. Así pues, es de vital importancia descubrir el modo en que se adquieren tales representaciones del mundo, se almacenan y se recuperan de la memoria o estructura cognitiva.
Cabe destacar que esta corriente surge a comienzos de los años sesenta y se presenta como la teoría que ha de sustituir a las perspectivas conductistas. Todas las ideas fueron aportadas y enriquecidas por diferentes investigadores y teóricos, que han influido en la conformación de este paradigma. Algunos de ellos son: **Piaget** y la psicología genética; **Ausubel** y el aprendizaje significativo; la teoría de la Gestalt; **Bruner** y el aprendizaje por descubrimiento y las aportaciones de Vygotsky , sobre la socialización en los procesos cognitivos superiores y la importancia de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP).
·
Teoría
de Albert Bandura
Tal y como hizo Lev Vygotsky, Albert Bandura también centra
el foco de su estudio sobre los procesos de aprendizaje en la interacción entre
el aprendiz y el entorno. Y, más concretamente, entre el aprendiz y el entorno
social. Mientras que los psicólogos conductistas explicaban la adquisición de
nuevas habilidades y conocimientos mediante una aproximación gradual basada en
varios ensayos con reforzamiento, Bandura intentó explicar por qué los sujetos
que aprenden unos de otros pueden ver cómo su nivel de conocimiento da un salto
cualitativo importante de una sola vez, sin necesidad de muchos ensayos. La
clave la encontramos en la palabra "social" que está incluida en la
TAS.
Los conductistas, dice Bandura, subestiman
la dimensión social del comportamiento reduciéndola a un esquema según el
cual una persona influye sobre otra y hace que se desencadenen mecanismos de
asociación en la segunda. Ese proceso no es interacción, sino más bien un envío
de paquetes de información de un organismo a otro. Por eso, la Teoría del
Aprendizaje Social propuesta por Bandura incluye el factor conductual y el
factor cognitivo, dos componentes sin los cuales no pueden entenderse las
relaciones sociales.
Aprendizaje y refuerzo
Por un lado, Bandura admite que
cuando aprendemos estamos ligados a ciertos procesos de condicionamiento y
refuerzo positivo o negativo. Del mismo modo, reconoce que no puede entenderse
nuestro comportamiento si no tomamos en consideración los aspectos de nuestro
entorno que nos están influyendo a modo de presiones externas, tal y como
dirían los conductistas.
Ambiente
Ciertamente, para que exista una
sociedad, por pequeña que esta sea, tiene que haber un contexto, un
espacio en el que existan todos sus miembros. A su vez, ese espacio nos
condiciona en mayor o menor grado por el simple hecho de que nosotros estamos
insertados en él.
Es difícil no estar de acuerdo
con esto: resulta imposible imaginar a un jugador de fútbol aprendiendo a jugar
por sí sólo, en un gran vacío. El jugador refinará su técnica viendo no sólo
cuál es la mejor manera de marcar goles, sino también leyendo las reacciones de
sus compañeros de equipo, el árbitro e incluso el público. De hecho, muy
probablemente ni siquiera habría empezado a interesarse por este deporte si no
le hubiera empujado a ello una cierta presión social. Muchas veces son los
demás quienes fijan parte de nuestros objetivos de aprendizaje.
El factor cognitivo
Sin embargo, nos recuerda Bandura,
también hay que tener en cuenta la otra cara de la moneda de la Teoría del
Aprendizaje Social: el factor cognitivo. El aprendiz no es un sujeto
pasivo que asiste desapasionadamente a la ceremonia de su aprendizaje, sino que
participa activamente en el proceso e incluso espera cosas de esta etapa de
formación: tiene expectativas. En un contexto de aprendizaje interpersonal
somos capaces de prever los resultados novedosos de nuestras acciones (de
manera acertada o equivocada), y por lo tanto no dependemos totalmente del
condicionamiento, que se basa en la repetición. Es decir: somos capaces de
transformar nuestras experiencias en actos originales en previsión de una
situación futura que nunca antes se había producido.
Gracias a los procesos
psicológicos que los conductistas no se han molestado en estudiar,
utilizamos nuestra continua entrada de datos de todos los tipos para dar un
salto cualitativo hacia adelante e imaginar situaciones futuras que aún no se
han dado.
Aprendizaje vicario
El pináculo del aspecto social es
el aprendizaje vicario remarcado por Bandura, en el que un organismo es
capaz de extraer enseñanzas a partir de la observación de lo que hace otro.
Así, somos capaces de aprender haciendo algo difícilmente medible en un
laboratorio: la observación (y atención) con la que seguimos las aventuras de
alguien. ¿Recuerdas las polémicas que se desatan periódicamente sobre la
conveniencia o no de que los niños y niñas vean ciertas películas o series de
televisión? No son un caso aislado: muchos adultos encuentran tentador
participar en Reality Shows al ponderar los pros y los contras de lo que
les pasa a los concursantes de la última edición.
Nota: un truco mnemotécnico para
recordar el aprendizaje vicario del que habla Bandura es frijarse en las
serpientes o "proyecciones" que le salen por los ojos al señor del
videoclip Vicarious, en el que también aparecen muchos ojos y muchas cosas
extrañas.
Un término medio
En definitiva, Bandura utiliza su
modelo de la Teoría del Aprendizaje Social para recordarnos que, como
aprendices en continua formación, nuestros procesos psicológicos privados e
impredecibles son importantes. Sin embargo, a pesar de que son secretos y nos
pertenecen sólo a nosotros, estos procesos psicológicos tienen un origen que,
en parte, es social. Es precisamente gracias a nuestra capacidad de vernos a
nosotros mismos en la conducta de los demás por lo que podemos decidir qué
funciona y qué no funciona.
Además, estos elementos del
aprendizaje sirven para construir la personalidad de cada individuo:
Somos capaces de prever cosas a
partir de lo que les pasa a otros, del mismo modo en el que el hecho de vivir
en un medio social nos hace plantearnos ciertos objetivos de aprendizaje y no
otros.
Por lo que respecta a nuestro
papel como aprendices, está claro: no somos ni dioses autosuficientes ni
autómatas.
·
Teoría
de Robert M. Gagné
Robert Gagné, psicólogo
norteamericano, nació en el año 1916, estudió en la
Universidad de Yale, y recibió
su doctorado en la Universidad de Brown, en 1940. Se ha destacado como profesor
en las universidades de Princeton, Berkeley, y Florida State. Ha publicado
artículos y libros relacionados con el área del aprendizaje. Entre ellos
encontramos: Teorías del aprendizaje (1970), Principios básicos del aprendizaje
para la enseñanza (1976) y Principios para la planificación de la enseñanza
(1976).
La posición de Gagné, está
basada en un modelo de procesamiento de información, el cual deriva de la
posición semicognitiva de la línea de Tolman, expresada a través de Bush y
Mosteller. Esta teoría se destaca por su línea ecléctica; se encuentra
racionalmente organizada y ha sido considerada como la única teoría verdaderamente
sistemática (Kopstein, 1966).
En esta teoría encontramos una
fusión entre conductismo y cognoscitivismo.
También se puede notar un
intento por unir conceptos piagetianos y del aprendizaje social de Bandura.
Finalmente, la suma, organización y sistematización de estas ideas hace que la
teoría de Gagné sea llamada teoría ecléctica.
La teoría de Gagné se enmarca
dentro de las teorías del procesamiento de información o también llamadas
teorías cibernéticas. Desde este punto de vista, el proceso de aprendizaje del
individuo es similar al funcionamiento de una computadora.
ORGANIZACIÓN DE LA TEORÍA DE
GAGNÉ
Gagné elabora un
esquema que muestra las distintas fases en el proceso de aprendizaje teniendo
en cuenta las condiciones internas, es decir, la que intervienen en el proceso
(motivación, comprensión, adquisición, retención y recuerdo); y las condiciones
externas, es decir, aquellas acciones que ejerce el medio sobre el sujeto que
pueden favorecer un aprendizaje óptimo.
Ciertamente, esta
teoría ha servido para diseñar un modelo de formación en los cursos de
desarrollo de programas educativos, y la principal ventaja de su teoría es que
proporciona partes muy concretas y específicas de fácil aplicación.
Teoría
de Bruner y Ausubel (Aprendizaje
Significativo)
Analizaremos las posturas de
los dos exponentes más destacados del Cognitivismo, ambos estadounidenses nacidos
en Nueva York en el año de 1915, Jerome Bruner y David Ausubel. A sus teorías
se les agrupa en un enfoque conocido como Aprendizaje Significativo.
Jerome Bruner y la Teoría de la Categorización
Bruner, destaca el papel de la
actividad y del descubrimiento como parte esencial del aprendizaje. Sostiene
que la experiencia personal es condición indispensable para aprender en forma
significativa. Para ello, es necesario presentar los contenidos de aprendizaje
en tres categorías distintas (Ilustración 1):
Ilustración 1
1. Activa: Corresponde a un
conjunto de operaciones motoras o acciones apropiadas para alcanzar el
resultado esperado (in-active)
2. Icónica: imágenes mentales
o gráficas sin movimiento, que representan los datos percibidos o imaginados sin
definirlos.
3. Simbólica: proposiciones
lógicas pertenecientes a un sistema simbólico gobernado por reglas o leyes para
transformar las proposiciones. Los lenguajes son un ejemplo de sistema
simbólico.
Un ejemplo de la
representación por categorías sería encontrar el área de un polígono irregular.
La Categoría Activa consistiría en llevar a los estudiantes a tomar medidas de
un terreno con estas características. La categoría de representación icónica
consistiría en realizar el dibujo del terreno, ubicando las medidas
correspondientes. La categoría de representación simbólica serían las fórmulas
y operaciones aritméticas para obtener el área del terreno.
De acuerdo con Bruner, las
estrategias de enseñanza de los profesores deben adaptarse a las tres categorías
de representación. En el aprendizaje de contenidos nuevos se deben usar primero
representaciones activas, luego se representan icónicamente, para al final representarse
a nivel simbólico.
Bruner decía que de esta forma
es posible enseñar eficazmente cualquier cosa a un aprendiz, en cualquier fase
de su desarrollo.
El aprendizaje escolar se debe
presentar en forma de espiral retomando y profundizando constantemente los núcleos
básicos de cada materia.
El sujeto que aprende debe
tomar acción y participación en su propio aprendizaje, descubriendo él mismo
los conceptos, reglas y variables asociados a un fenómeno.
El profesor adopta el rol de
asesor y solo ayuda al alumno cuando éste lo solicita. El profesor planea
algunas ayudas para el estudiante en los puntos del proceso que ha identificado
como críticos (andamiaje) y las retira poco a poco cuando el alumno muestra
mayor autonomía en el desarrollo de la actividad de aprendizaje.
Ausubel: El Aprendizaje Significativo por
Recepción.
Ausubel, desarrolló modelos
instruccionales basados en estructuras cognitivas. Se le conoce principalmente
por la Teoría del Aprendizaje Significativo por Recepción, en la que puede
notarse una influencia de Jean Piaget y una orientación al aprendizaje escolar.
Ausubel sostiene que el
aprendizaje tiene lugar cuando el material se presenta en su forma final y se
relaciona con los conocimientos anteriores de los alumnos. Para Ausubel, el
lenguaje es el medio natural de transmisión del proceso de aprendizaje. Ausubel
sostiene que existen dos tipos de aprendizaje:
• El referido al producto del
aprendizaje. Puede ser desde el más simple: aprendizaje por recepción,
memorístico repetitivo, basado en asociaciones, hasta el aprendizaje
significativo: por descubrimiento o recepción, activo y basado en la
construcción de conocimientos nuevos que se integran a los previos).
• El que se orienta al proceso
de aprendizaje. Ninguna estrategia de instrucción puede asegurar el aprendizaje
del estudiante. Tiene que ver con las estrategias que usa para recibir la
información o para descubrirla por sí mismo.
El producto (aprendizaje) resultado del proceso (recepción o descubrimiento), puede ser significativo o memorístico, dependiendo de las condiciones en que se obtiene (Ilustración 2)
Para que el aprendizaje sea
significativo, deben existir ciertas condiciones:
1. Predisposición inicial del
alumno hacia lo que se le enseña. Puede ser necesario atraer su atención
mediante el uso de estrategias.
2. Conocimientos previos
adecuados para construir los nuevos. Se pueden necesitar estrategias que
activen los Organizadores Previos (bloques de conocimientos estructurados) que
sirven de base para relacionar el contenido nuevo.
Los Organizadores Previos
pueden ser:
1. Expositivos: proporcionan
inclusores en los que se integra la información nueva. Son útiles cuando se
tiene poco conocimiento de los contenidos nuevos.
2. Comparativos: se presenta
el contenido nuevo estableciendo analogías entre lo conocido y lo nuevo. Se
usan cuando la información nueva es más familiar para el estudiante.
3. Los contenidos informativos
deben presentarse en bloques estructurados, cada uno constituye un Organizador
Secuencial. Las estrategias de estructuración requieren el uso de lenguaje y
vocabulario de acuerdo con el nivel de desarrollo del alumno. También es
necesario establecer relaciones entre los conceptos y su aplicación en
situaciones reales cercanas al mundo experiencial del alumno.
Para que el aprendizaje sea significativo, las fases del proceso y sus estrategias deben seguir una secuencia.
- · Teoría de Piaget
- Piaget
Jean Piaget es uno de los más
conocidos psicólogos del enfoque constructivista, una corriente que bebe
directamente de las teorías del aprendizaje de autores como Lev Vygotsky o David Ausubel.
¿Qué es el enfoque constructivista?
El enfoque constructivista, en su vertiente de corriente pedagógica, es una manera determinada de entender y explicar las formas en las que aprendemos. Los psicólogos que parten de este enfoque ponen énfasis en la figura del aprendiz como el agente que en última instancia es el motor de su propio aprendizaje.
Los padres, maestros y miembros de la comunidad son, según estos autores, facilitadores del cambio que se está operando en la mente del aprendiz, pero no la pieza principal. Esto es así porque, para los constructivistas, las personas no interpretan literalmente lo que les llega del entorno, ya sea a través de la propia naturaleza o a través de las explicaciones de maestros y tutores. La teoría constructivista del conocimiento nos habla de una percepción de las propias vivencias que siempre está sujeta a los marcos de interpretación del “aprendiz”.
Es decir: somos incapaces de analizar objetivamente las experiencias que vivimos en cada momento, porque siempre las interpretaremos a la luz de nuestros conocimientos previos. El aprendizaje no es la simple asimilación de paquetes de información que nos llegan desde fuera, sino que se explica por una dinámica en la que existe un encaje entre las informaciones nuevas y nuestras viejas estructuras de ideas. De esta manera, lo que sabemos está siendo construido permanentemente. -
El aprendizaje como reorganización
¿Por qué se dice que Piaget es constructivista? En términos generales, porque este autor entiende el aprendizaje como una reorganización de las estructuras cognitivas existentes en cada momento. Es decir: para él, los cambios en nuestro conocimiento, esos saltos cualitativos que nos llevan a interiorizar nuevos conocimientos a partir de nuestra experiencia, se explican por una recombinación que actúa sobre los esquemas mentales que tenemos a mano tal como nos muestra la Teoría del Aprendizaje de Piaget.
Al igual que un edificio no se construye transformando un ladrillo en un cuerpo más grande, sino que se erige sobre una estructura (o, lo que es lo mismo, una colocación determinada de unas piezas con otras), el aprendizaje, entendido como proceso de cambio que se va construyendo, nos hace pasar por diferentes etapas no porque nuestra mente cambie de naturaleza de manera espontánea con el paso del tiempo, sino porque ciertos esquemas mentales van variando en su relaciones, se van organizando de manera distinta a medida que crecemos y vamos interactuando con el entorno. Son las relaciones establecidas entre nuestras ideas, y no el contenido de estas, las que transforman nuestra mente; a su vez, las relaciones establecidas entre nuestras ideas hacen cambiar el contenido de estas.
Pongamos un ejemplo. Puede que, para un niño de 11 años, la idea de familia equivalga a su representación mental de su padre y su madre. Sin embargo, llega un punto en el que sus padres se divorcian y al cabo de un tiempo se ve viviendo con su madre y otra persona que no conoce. El hecho de que los componentes (padre y madre del niño) hayan alterado sus relaciones pone en duda la idea más abstracta en la que se adscriben (familia).
Con el tiempo, es posible que esta reorganización afecte al contenido de la idea “familia” y lo vuelva un concepto aún más abstracto que antes en el que pueda tener cabida la nueva pareja de la madre. Así pues, gracias a una experiencia (la separación de los padres y la incorporación a la vida cotidiana de una nueva persona) vista a la luz de las ideas y estructuras cognitivas disponibles (la idea de que la familia son los padres biológicos en interacción con muchos otros esquemas de pensamiento) el “aprendiz” ha visto cómo su nivel de conocimiento en lo relativo a las relaciones personales y la idea de familia ha dado un salto cualitativo.
- · Modelo del aprendizaje sociocultural de Vygotsky
La obra del psicólogo ruso Lev Vygotsky
(1896-1934) se ha convertido en la base de muchas teorías e investigaciones
sobre el desarrollo cognitivo en las últimas décadas, sobre todo desde la
perspectiva de lo que se conoce como Teoría Sociocultural del Desarrollo.
¿Qué es la Teoría
Sociocultural?
La teoría sociocultural surgió
a partir del trabajo de Vygotsky como respuesta al Behaviorismo, su idea
principal se basa en la idea que la contribución más importante al desarrollo
cognitivo individual proviene de la sociedad.
Vygotsky creía que los padres,
parientes, los pares y la cultura en general juegan un papel importante en la
formación de los niveles más altos del funcionamiento intelectual, por tanto,
el aprendizaje humano es en gran medida un proceso social.
Introducción a la teoría
sociocultural
Según Vygotsky, el aprendizaje
tiene su base en la interacción con otras personas. Una vez que esto ha
ocurrido, la información se integra a nivel individual:
Cada función en el desarrollo
cultural del niño aparece dos veces: primero en el nivel social y luego en el
individual, primero en medio de otras personas (interpsicológica) y luego
dentro del niño (intrapsicológico). Esto aplica igualmente para la atención
voluntaria, la memoria lógica y la formación de conceptos. Todas las funciones
superiores se originan como relaciones reales entre individuos .
Vygotsky fue contemporáneo de
otros grandes pensadores tales como Freud, Skinner y Piaget, pero su muerte
temprana a los 37 años y la supresión de su trabajo en la Rusia estalinista lo
dejaron en relativa oscuridad hasta hace poco tiempo.
A medida que su trabajo se
hizo más ampliamente publicado, sus ideas han crecido cada vez más influyentes
en áreas como el desarrollo del niño, la psicología cognitiva y la educación.
La teoría sociocultural se
centra no sólo en cómo los adultos y los compañeros influyen en el aprendizaje
individual, sino también en cómo las creencias y actitudes culturales influyen
en cómo se desarrollan la enseñanza y el aprendizaje.
Según Vygotsky, los niños
nacen con limitaciones biológicas básicas en sus mentes.
Sin embargo, Cada cultura
proporciona lo que él denominó como “herramientas de adaptación intelectual”.
Estas herramientas permiten a los niños utilizar sus habilidades mentales
básicas de una manera que les permita adaptarse a la cultura en la cual viven.
Un ejemplo de lo que sería las
diferencias culturales en cuanto al desarrollo de habilidades cognitivas,
mientras que una cultura puede enfatizar estrategias de memoria tales como
tomar notas, otras culturas podrían emplear herramientas como los recordatorios
o la memorización.
·
Enfoque
constructivista
La
galaxia en la que se mueven los posibles enfoques para la interpretación
constructivista de los procesos de enseñanza y aprendizaje se puede ubicar en
un continuo que sitúa la construcción del conocimiento en el sujeto individual,
despreciando el componente socio-contextual de esa construcción
(constructivismos endógenos); hasta posicionamientos que consideran el
conocimiento social como la única fuente válida de conocimiento, con la
consideración del sujeto colectivo como el elemento nuclear, negando, de esta
manera, al sujeto individual (constructivismos exógenos); pasando por
posiciones que postulan una dialéctica, más o menos declarada, entre el sujeto
y el contexto, entre lo individual y lo social (Bruning, Schraw y Ronning,
2002). De esta manera nos encontramos ante cuatro sujetos del constructivismo:
el sujeto individual, el sujeto epistémico, el sujeto psicológico y el sujeto
colectivo (ver Figura 2). Esta forma de entender al sujeto está en relación
directa con las condiciones que concurren en el proceso de construcción.
Figura
2. Enfoques constructivistas
De
este modo, en un extremo del continuo tenemos el constructivismo radical para
el que, en la construcción del conocimiento, el elemento social es irrelevante,
siendo única y exclusivamente un proceso individual (es, por tanto, una
construcción “intra”). En el extremo opuesto nos encontramos con el
construccionismo social, y como puede desprenderse de su propia nomenclatura,
el elemento social es una condición necesaria y suficiente para la construcción
de los conocimientos (construcción “inter”). Para el constructivismo cognitivo,
el elemento social ocupa un papel de coadyuvante a la mejora en la adquisición
de los conocimientos, pero no es una condición necesaria para su construcción
(construcción “intra-inter”). Finalmente, en el caso del constructivismo
socio-cultural el elemento social es una condición necesaria, pero no
suficiente para esta construcción (construcción “inter-intra”).
Constructivismo radical
La
escuela constructivista austriaca inaugura una forma de constructivismo que se
inicia oficiosamente con la publicación de un decálogo de trabajos en torno al
pensamiento constructivista (Watzlawick, 1990) y tiene como cabezas visibles a
Heinz Von Foerster, pero sobre todo a Ernst von Glasersfeld. Esta forma de
constructivismo que tiene sus orígenes en el verum ipsum cogito cartesiano y en
el posterior verum ipsum factum de Giambattista Vico, recibe el nombre de
constructivismo radical.
El
constructivismo radical, cuyo máximo representante es Von Glasersfeld (1995),
hace referencia a un enfoque no convencional del problema del conocimiento y
del hecho de conocer y se basa en la presunción de que el conocimiento, sin
importar cómo se defina, está en la mente de las personas y el sujeto
cognoscente no tiene otra alternativa que construir lo que conoce sobre la base
de su propia experiencia. Todos los tipos de experiencia son esencialmente
subjetivos y aunque se puedan encontrar razones para creer que la experiencia
de una persona puede ser similar a la de otra, no existe forma de saber si en
realidad es la misma.
Los
cuatro principios sobre los que se asienta el constructivismo radical (von
Glasersfeld, 1995) son los siguientes:
a. El conocimiento “no se recibe pasivamente, ni
a través de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es
construido activamente por el sujeto cognoscente”.
b. “La función del conocimiento es adaptativa,
en el sentido biológico del término, tendiente hacia el ajuste o la
viabilidad”.
c. “La cognición sirve a la organización del
mundo experiencial del sujeto, no al descubrimiento de una realidad ontológica
objetiva”.
d. Existe una exigencia de “socialidad”, en
términos de “una construcción conceptual de los otros” y, en este sentido, las
otras subjetividades se construyen a partir del campo experiencial del
individuo. Según esta tesis la primera interacción debe ser con la experiencia
individual.
Constructivismo cognitivo
El
constructivismo cognitivo, que parte esencialmente de la teoría piagetiana y
postula que el proceso de construcción del conocimiento es individual, realiza
los análisis sobre estos procesos bajo tres perspectivas: la que conduce al
análisis macrogenético de los procesos de construcción, la que intenta
describir y analizar las microgénesis y la vertiente integradora de estas dos
posiciones.
En
primer lugar, para Piaget, efectivamente, el proceso de construcción de los
conocimientos es un proceso individual que tiene lugar en la mente de las
personas que es donde se encuentran almacenadas sus representaciones del mundo.
El aprendizaje es, por tanto, un proceso interno que consiste en relacionar la
nueva información con las representaciones preexistentes, lo que da lugar a la
revisión, modificación, reorganización y diferenciación de esas
representaciones. Ahora bien, aunque el aprendizaje es un proceso intramental,
puede ser guiado por la interacción con otras personas, en el sentido de que
“los otros” son potenciales generadores de contradicciones que el sujeto se
verá obligado a superar.
En
segundo lugar, con el redescubrimiento de Piaget por la psicología
estadounidense empieza a romperse el cerco conductista sobre el estudio de los
procesos de pensamiento y se empieza a concebir el sistema humano en términos
de Procesamiento de la Información. Esta concepción parte del presupuesto de
que la mente humana es un sistema que opera con símbolos, de manera que la
información se introduce en el sistema de procesamiento, se codifica y, parte
de ella, se almacena para poderla recuperar con posterioridad. Por oposición al
conductismo, la teoría del procesamiento de la información, proporciona una
concepción "constructivista" del ser humano, por cuanto recurre a dos
principios constructivistas básicos (organización y significatividad) y,
además:
a. recupera la noción de mente;
b. reintegra la información subjetiva como un
dato útil a la investigación; y
c. da un lugar preferencial al estudio de la
memoria activa como explicación básica de la elaboración de la información
(personalización de los significados) y de la actividad humana.
Las
teorías acerca del procesamiento de la información han recibido una especial
influencia de los modelos computacionales, basados en gran parte en la teoría
de la información de Claude Shannon y en la teoría cibernética de Norbert
Wiener. Este último modelo teórico plantea que existe en primer lugar un
procesamiento efectuado por dispositivos procesadores periféricos, el cual
precede al procesamiento realizado por la computadora central, por lo tanto, la
metáfora que mejor se adapta a estas teorías es la del ordenador, en este
sentido habría que distinguir entre teorías que se centran en el software
(mente) y que corresponden a lo que se conoce como sistema de procesamiento
serial de la información, y teorías que se centran en el hardware (cerebro),
que corresponden a lo que se conoce con el nombre de procesamiento distribuido
en paralelo (ver Figura 3).
Figura
3. Sistemas de procesamiento
Finalmente,
un último conjunto de teorías intenta coordinar los enfoques epistemológicos
piagetianos con los enfoques psicológicos que emanan del procesamiento de la
información:
a. las teorías neopiagetianas (Pascual-Leone,
1988; Case, Hayward, Lewis y Hurst, 1988; Fisher y Bidell, 2006 o Halford,
2005) que integran la teoría de Piaget con la llamada «psicología cognitiva» en
base a sus tres enfoques clásicos: el de la teoría de la información, el del
flujo de la información y el del procesamiento de la información, pero
apoyándose, de forma muy especial, en los modelos de procesamiento serial, y
b. las teorías postpiagetianas (Cellérier, 1996)
que intentan integrarla con el conexionismo en general y con los modelos de
procesamiento distribuido en paralelo (PDP), en particular. El PDP es una de
las variantes del conexionismo, que describe los procesos cognitivos en
términos de conexiones entre neuronas. Frente a los modelos localistas del
conexionismo, éste se denomina ‘distribuido’ porque considera que el
conocimiento (tanto el declarativo como el procedimental) no queda codificado
en forma de símbolos fijos, que estarían alojados en determinados lugares del
cerebro, sino en forma de elementos elaborados que se encuentran distribuidos
en diferentes neuronas, todas ellas conectadas entre sí; se le añade la
apostilla ‘en paralelo’ porque el procesamiento de la información no se produce
únicamente de forma seriada, sino también simultáneamente en un extenso
conjunto de redes neuronales.
Constructivismo socio-cultural
El
constructivismo socio-cultural tiene su origen en los trabajos de Lev S.
Vygotsky y postula que el conocimiento se adquiere, según la ley de doble
formación, primero a nivel intermental y posteriormente a nivel
intrapsicológico, de esta manera el factor social juega un papel determinante
en la construcción del conocimiento, aunque este papel no es suficiente porque
no refleja los mecanismos de internalización. Sin embargo, como la idea de un
origen social de las funciones psicológicas no es antitética con la noción de
construcción personal, sobre todo si se parte de un modelo bidireccional de
transmisión cultural en el que todos los participantes transforman activamente
los mensajes, podemos asumir que la construcción de los conocimientos supone
una internalización orientada por los “otros sociales” en un entorno
estructurado. De esta manera el constructivismo socio-cultural propone a una
persona que construye significados actuando en un entorno estructurado e
interactuando con otras personas de forma intencional. Este proceso de
construcción presenta tres rasgos definitorios: la unidad de
subjetividad-intersubjetividad, la mediación semiótica y la construcción
conjunta en el seno de relaciones asimétricas. La intersubjetividad, la compartición
de códigos compartidos y la co-construcción con aceptación de la asimetría
pueden lograrse porque, por medio de actividades simbólicas, los seres humanos
tratan su entorno significativo como si fuera compartido.
Construccionismo social
El
construccionismo social representa la otra versión del pensamiento austriaco
que, encabezada por Thomas Luckman y Peter L. Berger, postula que la realidad
es una construcción social y, por tanto, ubica el conocimiento dentro del
proceso de intercambio social. Desde esta perspectiva, la explicación
psicológica no reflejaría una realidad interna, sino que sería la expresión de
un quehacer social, por lo que traslada la explicación de la conducta desde el
interior de la mente a una explicación de la misma como un derivado de la
interacción social (Berger y Luckman 2001, p. 39). En el construccionismo
social la realidad aparece como una construcción humana que informa acerca de
las relaciones entre los individuos y el contexto y el individuo aparece como
un producto social –el homo socius-, definido por las sedimentaciones del
conocimiento que forman la huella de su biografía, ambiente y experiencia.
Las
explicaciones de los fenómenos psicológicos no se ubican en el individuo ni en
categorías psicológicas sino que son condicionadas por las pautas de
interacción social con las que el sujeto se encuentra, de manera que el sujeto
individual queda “disuelto” en estructuras lingüísticas y en sistemas de
relaciones sociales.
Los
términos en los cuales se entiende el mundo son artefactos sociales
históricamente localizados, de manera que, desde el construccionismo, el
proceso de comprensión es el resultado de una tarea cooperativa y activa entre
personas que interactúan y el grado en que esa comprensión prevalece o es sostenida
a través del tiempo está sujeto a las vicisitudes de los procesos sociales
(comunicación, negociación, conflicto, etc.).
Las
relaciones sociales posibilitan la constitución de redes simbólicas, que se
construyen de manera intersubjetiva, creando un contexto en el que las
prácticas discursivas y sus significados van más allá de la propia mente
individual.
-La tendencia constructivista en educación
Entre
este abanico constructivista que marca la disociación entre lo individual y lo
social, entre lo interno y lo externo o entre el pensamiento y el lenguaje,
existen, en el momento actual, un conjunto de propuestas cuya finalidad es
mostrar que “si incorporamos las perspectivas socio-cultural y lingüística al
modelo cognitivo de los procesos mentales, es posible vislumbrar cómo el
lenguaje y los procesos sociales del aula, constituyen las vías a través de las
cuales los alumnos adquieren y retienen el conocimiento” (Nuthall, 1997, p.
758), fundamentalmente porque resulta muy útil considerar los procesos mentales
como una propiedad de los individuos que actúan en entornos organizados
culturalmente (Salomon, 2001).
La
tendencia actual de la investigación psicoeducativa sigue pues una línea
integradora entre las posiciones más renovadoras del constructivismo cognitivo
y los constructivismos de corte social (constructivismo socio-cultural y
construccionismo social). Este intento de integración, en su vertiente más
moderada, ha conducido a la elaboración del constructo denominado “cognición
situada” en su vertiente más polarizada hacia el constructivismo exógeno, a la
de “cognición distribuida”.
Cuando
se postula que el conocimiento es situado (cf. los trabajos del Laboratory of
Comparative Human Cognition, University of California, San Diego), queremos decir
que es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se
desarrolla y utiliza (Brown y Cole, 2001). En la cognición situada los
elementos implicados en el proceso de construcción del conocimiento son: el
sujeto que construye el conocimiento, los instrumentos utilizados en la
actividad, de manera especial los de tipo semiótico, los conocimientos que
deben ser construidos, una comunidad de referencia en la que la actividad y el
sujeto se insertan, un conjunto de normas de comportamiento que regulan las
relaciones sociales de esa comunidad y un conjunto de reglas que establecen la
división de tareas en la actividad conjunta.
La
cognición distribuida sustituye la teoría individual de la mente por la teoría
cultural de la mente y postula que los artefactos y recursos externos modifican
la naturaleza y el sistema funcional de donde surgen las actividades, afectando
a nuestra concepción de qué, cómo y por qué se necesita conocer (Hutchins,
1995).
La
concepción de la cognición como inextricablemente situada y distribuida nos
conduce a la noción de comunidad de aprendizaje. El concepto de comunidad de
aprendizaje se puede definir como un grupo de personas que aprende en común,
utilizando herramientas comunes en un mismo entorno. Las comunidades de
aprendizaje nos hablan de grupos de personas con distintos niveles de pericia,
experiencia y conocimiento que aprenden mediante su implicación y participación
en actividades auténticas y culturalmente relevantes, gracias a la colaboración
que establecen entre sí, a la construcción del conocimiento colectivo que
llevan a cabo y a los diversos tipos de ayuda que se prestan mutuamente, de
manera que lo que se pretende es la construcción de un sujeto socialmente
competente.
Esta
tendencia a encontrar una perspectiva epistemológica sobre la mente y los
procesos mentales que se sitúe in medias res del constructivismo cognitivo y
los planteamientos posmodernos del construccionismo social, ha llevado a Prawat
(1999, p. 73) a considerar la mente como propiedad de los individuos aunque
esto no implique que sean “los propietarios en exclusiva de los pensamientos y
de las emociones que les permiten llevar a cabo sus transacciones con el
mundo”. De hecho, las representaciones individuales y los procesos mentales que
intervienen en la construcción del universo están bajo la influencia directa de
las comunidades o entornos culturalmente organizados en los que participan las
personas… de manera que las relaciones entre mentes individuales y entornos
culturales tienen un carácter transaccional (Coll, 2001, p. 163).
En
definitiva existe un enfoque constructivista emergente que sería el resultado
de la coordinación explícita de dos perspectivas teóricas: una perspectiva
social, consistente en una visión interaccionista de los procesos colectivos y
compartidos que tienen lugar en el aula y una perspectiva psicológica,
consistente en una visión constructivista cognitiva de la actividad individual
de los alumnos mientras participan en esos procesos compartidos (Coob y Yakel,
1996, p. 176).
El
constructivismo, en esencia, plantea que el conocimiento no es el resultado de
una mera copia de la realidad preexistente, sino de un proceso dinámico e
interactivo a través del cual la información externa es interpretada y
reinterpretada por la mente. En este proceso la mente va construyendo
progresivamente modelos explicativos, cada vez más complejos y potentes, de
manera que conocemos la realidad a través de los modelos que construimos ad hoc
para explicarla. Decía Punset (2011, p. 43) que si “ya sabíamos que el alma
estaba en el cerebro, ahora podemos contemplar todo el proceso molecular
mediante el cual el pasado y el futuro convergen y observar cómo la materia
cerebral y la memoria fabrican nuevas percepciones sobre las que emerge el futuro”.
La ciencia ha puesto de manifiesto que en los inicios de cualquier proceso
cognitivo sólo el pasado cuenta, pero en el mismo momento que se empieza a
modelar el futuro y merced al estallido de la inteligencia social, se pone en
marcha un proceso en el que la capacidad de imitación, instrumentada por las
llamadas neuronas espejo, interactúa con el conocimiento acumulado de la propia
especie y con un archivo de recuerdos y huellas de emociones propias y surge el
pensamiento nuevo. Además, hasta hace muy poco tiempo no existían indicios que
pudieran sugerir cómo una parte de la memoria en funcionamiento (si se quiere,
memoria a corto plazo) pudiera transformarse en memoria a largo plazo, ahora
sabemos que esta capacidad para almacenar está vinculada a determinadas
proteínas cerebrales que se activan con las prácticas de aprendizaje, de manera
que ahora sabemos que si las raíces están en el pasado, este pasado hay que
fustigarlo desde el exterior para transformarlo en futuro.
Esta
es la idea germinal de todo constructivismo: la elaboración necesaria para
efectuar la convergencia del pasado y del futuro.
La
estructura general del constructivismo
El
esquema global que constituye la opción constructivista está organizado según
una estructura jerárquica dotada de tres niveles de toma de decisiones (Coll,
2001; Serrano, 2003) que se obtienen cuando interpelamos a las teorías
constructivistas sobre la naturaleza, las funciones y las características de la
educación escolar. El primer nivel incluye los principios acerca de la
naturaleza y funciones de la educación. La toma de posicionamiento efectuada en
este primer nivel crea un eje de referencia para interpretar el segundo nivel
que alberga las características propias y específicas de los procesos de
construcción del conocimiento en el aula. Finalmente, el tercer nivel comprende
los principios explicativos de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el
marco de las coordenadas creadas por los dos anteriores. Estos tres niveles
marcan un posicionamiento que va desde lo más general ¿qué es ser
constructivista? a lo más particular ¿cómo puedo ejercer de constructivista?
(ver Figura 4).
Figura
4. Los tres ejes del constructivismo
Principios
acerca de la naturaleza y funciones de la educación
La
instrucción (si se quiere la educación escolar) es uno de los instrumentos que
las sociedades utilizan para promover el desarrollo y la socialización de sus
miembros, ya que existe el convencimiento de que los individuos más jóvenes
requieren una ayuda sistemática y planificada en algunos de esos aspectos, a
fin de facilitarles el acceso a un conjunto de saberes y formas culturales que
se consideran esenciales para integrarse en la sociedad en la que se encuentran
inmersos, de una manera activa, constructiva y crítica.
Bajo
estos presupuestos son tres los principios que configuran este eje vertebrador:
1. La educación escolar tiene una naturaleza
social y una función socializadora
2. El aprendizaje de los saberes y formas
culturales incluidos en el currículum debe potenciar simultáneamente el proceso
de socialización y el de construcción de la identidad personal.
3. La educación escolar debe tener en cuenta la
naturaleza constructiva del psiquismo humano.
ü Comentario de aplicación
La
teoría cognitiva ayuda a comprender los procesos en el que el ser humano puede aprender a
través de la mente, la percepción, el conocimiento, las conductas que se
adquieren ante algo nuevo que se aprende, es por ello que grandes pedagogos han
desarrollado esta teoría como una de las principales en la educación. Tal como
Piaget que desarrollo la teoría del aprendizaje constructivista donde el niño
construye su propio conocimiento. Deben de seguirse las fases de esta teoría
que establecen los pedagogos, para que
se desarrolle de manera eficaz y el alumno pueda aprender mejor a lo largo del
proceso.
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